martes, 19 de octubre de 2010

A mis suegros...

Quiero también y espero que nos estén mirando desde arriba, dedicar este blog a mis suegros: Justa y Fernando.

Yo llegué la última de las nueras, entré y me llevé lo mejor de vosotros, de vuestra compañía, de vuestro carácter y también lo peor, os fuisteis y os echamos mucho de menos.

Conocí a Fernando, un santo varón, enfermo pero con un ánimo envidiable. ¡Era un paciente ejemplar!. Gracias porque aunque seguramente tu intención nunca fue enseñarme, yo sí aprendí mucho de ti mientras depositabas tu confianza en mi.

Conocí a Justa, una madre buenísima, cariñosa, guapa, sí a pesar de su edad era guapa, esos ojos tan azules y contemplando a los nietos más pequeños, Matilde y Guillemo mirábamos a ver si salían con tus ojos, no pudo ser. Con esa seriedad que la caracterizaba.

A los dos les doy las gracias por el cariño que me profesaron y ¡con qué amor! miraba Justa a Guillermo y tú, Fernando, sin poder verle, al menos podías escucharle llorar y tocar sus manitas, le llamabas el "muñeco" cariñosamente.

Desde aquí os quiero dar las gracias y deciros que me acuerdo de vosotros y que siempre estaréis en nuestros corazones.

Un beso.

A mis padres...

Hoy y siempre voy a dedicar este blog principalmente a mis padres: Rosita y Luis para darle las gracias por lo que soy, por lo que tengo, por lo que sé, por cómo soy, todo se lo debo a ellos, ¡ni que decir tiene que les debo la vida, pues también ellos, me la han dado! fijaros que deuda más infinita.

Entiendo que a pesar de nuestras pequeñas diferencias siempre han estado ahí. Entiendo también que no hay nada más grande que el amor que le dan unos padres a sus hijos. Lo he sabido siempre, pero desde que fui madre lo siento, día a día, con nuestro hijo Guillermo.

Año tras año voy valorando las cosas que me han dado, los conocimientos que me han aportado, los consejos que me han dado, el abrazo aquel en el que me he fundido tantas veces cuando las cosas no me salían como uno esperaba, cuando la angustia me acechaba y con sus palabras, el ánimo me han levantado.

Gracias mamá, gracias papá.
Os quiero.